Piezas sobre arte-Paul Valery

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Description

H a y u n a i n

« Tienes que tener un alto concepto, no de lo que estás haciendo, sino de lo que puedes llegar a hacer algún día: sin eso, no tiene sentido el trabajo. » « Un hombre es un artista sólo en ciertos momentos, por un esfuerzo de voluntad. Los objetos tienen el mismo aspecto para todos. » « El dibujo es la expresión más directa y espontánea del artista, una especie de escritura: revela, mejor que hace la pintura, su verdadera personalidad. » « El bronce está bien para los que trabajan para la eternidad. Mi placer consiste en empezar una y otra vez. » « Haz un dibujo, comienza de nuevo, rastréalo; comienza de nuevo y rastréalo de nuevo. » « Los objetos percibidos, ya sean personas, plantas, guantes o garrafas, tienen un valor equivalente. »

Edgar Degas

PIEZAS SOBRE ARTE autor: Paul Valery ediciones Gallimard París 1960 Capítulo 1 DEGAS DANZA DIBUJO VER Y TRAZAR Hay una inmensa diferencia entre ver una cosa sin el lápiz en la mano y dibujarla. O más bien son dos cosas muy diferentes las que se ven. Hasta el objeto más familiar a

nuestros ojos se vuelve otro cuando se aplica uno a dibujarlo: se da cuenta entonces de que lo ignoraba, de que nunca lo había visto de verdad. Hasta entonces el ojo sólo había

servido de intermediario. Nos hacía hablar, pensar; guiaba nuestros pasos nuestros movimientos cualesquiera; despertaba a veces nuestros sentimientos. Incluso nos entusiasmaba, pero siempre por efectos, consecuencias o resonancias de su visión, que la substituían y así la abolían en el mismo acto de disfrutarla. Pero dibujar a partir de un objeto confere al ojo un cierto mando que nuestra voluntad alimenta. De modo que aquí es preciso querer para ver, y esta vista deliberada tiene el dibujo como fn y como medio a la vez. No puedo precisar mi percepción de una cosa sin dibujarla virtualmente, y no puedo dibujarla sin una atención voluntaria que transforma en un grado notable lo que de entrada había creído percibir y conocer a la perfección. Caigo en la cuenta de que no conocía lo que conocía: la nariz de mi mejor amiga... (Hay cierta analogía con lo que tiene lugar cuando queremos precisar nuestro pensamiento mediante una expresión más deliberada. Ya no es la misma idea). Una voluntad sostenida es esencial al dibujo, pues éste exige la colaboración de aparatos independientes que no piden sino recobrar la libertad de los automatismos que les son propios. El ojo quiere vagar; la mano redondear y tomar por la tangente. Para asegurar la libertad del dibujo con que pueda cumplirse la voluntad del dibujante es preciso poner término a las libertades locales. Es un asunto de gobierno...Para dejar la mano libre al sentido del ojo es preciso arrebatarle su libertad al sentido de los músculos; en particular, hay que hacer que se pliegue a hacer trazos en una dirección cualquiera, cosa que no le gusta. Giotto trazaba un círculo perfecto con el pincel, y en ambos sentidos. La independencia de los diversos aparatos, sus expansiones y tendencias particulares, sus facilidades, se oponen a la ejecución totalmente voluntaria. De donde resulta que el Dibujo, cuando tiende a representar un objeto con el mayor detalle posible, requiere el estado más despierto: nada más incompatible con el sueño, puesto que esta clase de atención debe interrumpir a cada instante el curso natural de los actos, guardarse de las seducciones de la curva que se pronuncia... Ingres decía que el lápiz ha de tener sobre el papel la misma delicadeza que la mosca que vaga por el cristal (no son sus mismas palabras, que he olvidado). A veces me hago ese razonamiento acerca del dibujo y la imitación. Las formas que la vista nos ofrece como contornos son producto de la percepción de los desplazamientos de nuestros ojos, que conjugados conservan la visión nítida. Ese movimiento de conservación es la línea. Ver las líneas y trazarlas. Si nuestros ojos gobernaran por medios mecánicos un estilete

trazador, nos bastaría mirar un objeto, es decir, seguir con la vista los límites entre zonas de diverso color, para dibujarlo exacta e involuntariamente. Dibujaríamos también el intervalo entre dos cuerpos, que para la retina existe tan claramente como un objeto. Pero el gobierno de la mano por la mirada es muy indirecto. Intervienen muchas conexiones: entre ellas, la memoria. Cada ojeada al modelo, cada línea que el ojo traza se vuelve elemento instantáneo de un recuerdo, y de un recuerdo va a tomar la mano la ley de su movimiento sobre el papel. Hay transformación de trazo visual en trazo manual. Esta operación sin embargo queda en suspenso durante el lapso de persistencia de lo que he llamado ¨elemento instantáneo de recuerdo¨. Nuestro dibujo se hará por porciones, por segmentos, y aquí es donde se cuelan nuestras grandes ocasiones de error. Podrá ocurrir con facilidad que esos segmentos sucesivos no estén a la misma escala y que encajen de manera exacta unos con otros. Diré pues en forma de paradoja que en el peor dibujo de esta especie cada uno de los segmentos se conforma al modelo, que todos los fragmentos del retrato infel son buenos, mientras el todo es detestable. Diría incluso que es muy improbable que cada porción pueda ser inexacta (supuesta la atención del artista), pues haría falta una invención continua para trazar cada vez un trazo diferente del dibujado or el sistema ocular. Pero con la misma facilidad con que cada elemento es fácil y casi necesariamente conforme al modelo, la suma es disconforme... El artista avanza, retrocede, se inclina, entorna los ojos, se comporta con todo su cuerpo como un accesorio de su ojo, se convierte entero en órgano de visión, enfoque, regulación y puesta a punto. ….... Se vio entonces lo inventivo que es el ojo, o más bien cuánto elabora en la percepción de lo que nos ofrece como resultado impersonal y cierto de la observación. Toda una serie de operaciones misteriosas intervienen entre el estado de manchas y el de cosas u objetos, coordinan lo mejor que pueden datos brutos incoherentes, resuleven contradicciones, introducen juicios formados desde la primera infancia, y nos imponen continuidades, asociaciones, modos de transformación que agrupamos bajo los nombres de espacio, tiempo, materia y movimiento. ….... A veces pensaba yo en lo informe. Hay cosas, sean montones, masas, contornos o volúmenes, que en cierto modo no tienen más que una existencia de hecho: sólo las percibimos, pero no las sabemos; no podemos reducirlas a una ley única, deducir su totalidad del análisis de una de sus partes, ni reconstruirlas mediante operaciones

razonables. Podemos modifcarlas con gran libertad. Apenas tienen otra propiedad que ocupar una región en el espacio... Decir que son cosas informes no es decir que no tengan formas, sino que sus formas no encuentran en nosotros nada que permita reemplazarlas por un acto de trazado o reconocimientos claros. Y en efecto, las formas informes no dejan otro recuerdo que el de una posibilidad... así como una serie de notas pulsadas al azar no son melodía, un charco, una roca, una nube o un fragmento de litoral no son formas reducibles. No quiero insistir en estas consideraciones: llevan muy lejos. Vuelvo pues al dibujo. Supongamos que quisiéramos dibujar una de esas cosas informes, pero una de las que todavía permiten reconocer cierta solidaridad entre las partes. Tiro sobre una mesa un pañuelo arrugado. Ese objeto no recuerda nada. De entrada es para el ojo un desorden de pliegues. Puedo alterar una de las esquinas sin alterar la otra. Sin embargo, mi problema es hacer ver mediante mi dibujo un trozo de tejido de determinada clase, elasticidad y espesor, y de una sola pieza. De modo que se trata de hacer inteligible cierta estructura de un objeto que no tiene ninguna determinada, y no hay cliché ni recuerdo que permita dirigir el trabajo como se hace al dibujar una fgura de árbol, hombre o animal, que se dividen en porciones bien conocidas. Aquí es donde el artista puede ejercitar su inteligencia, y donde el ojo debe encontrar, en sus movimientos por lo que está viendo, los caminos del lápiz sobre el papel, al modo en que un ciego debe acumular palpando los elementos táctiles de una forma, y conseguir punto por punto el conocimiento y la unidad de un sólido muy regular. Este ejercicio con lo informe enseña entre otras cosas a no confundir lo que se cree ver con lo que se ve.

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