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Description
os respetos que
L hemos como
considerado
mandamientos de la
moral pueden enumerarse de muchos modos.
Los
o
agruparemos de
la manera que
nos
más adecuada para recordarlos de memoria, desde el más individual parece
hasta el más general, desde el más
personal hasta el más impersonal. Podemos imaginarlos como una serie
L L
de circulos concéntricos. Comenzamos por el interior y cada vez vamos
tocando otro círculo más amplio.
L
L
CAPTLCA MORAL
primero es el respeto que cada ser humano. se debe a sí mismo, en cuanto es cuerpo y en cuanto es alma. A esto se refiere el sentimiento de la digni. dad de la persona. Todos los hombres son igualmente dignos, en cuanto a su condición de hombres, asi LO
todos deben ser iguales ante la ley. El debe sentirse depositario de un tesoro, en como
y
hombre
naturaleza
espíritu,
que tiene el deber de conservar y aumentar en lo posible. Cada uno de nosotros, aunque sea a solas y sin testigos, debe sentirse vigilado por el respeto moral y debe sentir vergüenza de violar este respeto. El uso que hagamos de nuestro cuerpo y de nuestra alma debe corresponder a tales sentimientos. en
Esto
significa que nos avergoncemos de las necesi dades corporales impuestas por la naturaleza, sino que las cumplamos con decoro, aseo y prudencia. Esto no no
significa que nos consideremos a nosotros mismos con
demasiada solemnidad, porque ello esteriliza el espíritu, Comienza por hacemos vanidosos y acaba por volvernos locos. También es muy peligroso el entregarse a miedos inútiles, error frecuente y signo de fatiga nerviosa. Una de formas más dañinas es el miedo a la libertad a las y hermosas responsabilidades que ella acarrea. El descanso, el esparcimiento y el juego, el buen humor, el sentimiento de lo cómico y aun la ironía, que nos enseña a burlarnos un poco de nosotros mismos, son recursos que aseguran la buena economia del alma, el buen funcionamiento de nuestro espíritu. La capacidad de alegría y de humor es una fuente del bien moral. Lo único que debemos vedar nos
sus
es
el
De este
desperdicio, la bajeza y la suciedad. respeto
preceptos
a
nosotros mismos brotan todos los sobre la limpieza de nuestro cuerpo, as
como
todos los preceptos sobre la
nuestras intenciones y el culto a la verdad. limpieza La manifestación de la verdad aparece siempre como una declaración ante el prójimo, pero es un acto de lealtad para con nosotros de
mismos.
Se ha dicho que la buena
presencia
es
ya de por sí la
mejor recomendación. Lo mismo puede decirse de la buena fe. Pero la limpieza de cuerpo y alma de quue ahora tratamos no ha de procurarse por cálculo y para
quedar bien con los demás: sino desinteresadamente, y para nuestra solitaria satisfacción moral.
Aunque tengamos escasos recursos siempre es posible Cuidar nuestro cuerpo y vestido, como lo hacen con
dignidad tantos de nuestros campesinos. Y recordemos que si el desaseo es desagradable, el exhibicionismo y la
afectación son ridiculos
El respeto a nueestra persona nos
exige también no envenenarla ni degradarla. Las huidas de la realidad que prometen los tóxicos, destruyen las
más notables facultades humanas.
Los antiguos griegos, creadores del mundo cultural y moral en que todavia vivimos, distinguían este senti
miento de la propia dignidad., y la justa indignación ante las vilezas ajenas. Estos dos principios son el fundamento exterior de las sociedades.
d
LA FAMILA
D
espués del respeto a
la
propia
persona, corresponde examinar
el respeto
a
la familia: mundo humano
que nos rodea de modo inmediato.
Con la vida en común de la familia comienzan a aparecer las obligaciones
reciprocas entre las personas, las relaciones
sociales; los derechos por un lado y, por el otro, los deberes correspondientes.
.
CARTILLA MORAL
CARTILLA MORAaL P 2
1a
familia
es un
perdurable, es
hecho
característico
decirse a como grupo especie humana. Los ani
y puede de la
natural
ales, en es, e cr domesticidad, tregados ean familias transitorias y sólo se juntan durante el celoo la cría de a
sí mismos y
no
obligados por la
en.
excepción, se habla de cierta extrana superioridad de de los los co tienden
a
juntarse por parejas
para toda
la vida.
Por
coyotes, que
La familia estable humana rebasa los limites mínimos del apetito
amorosoy la cría de los hijos. Ello tiene consecuencias morales en el carácter del hombre, y reconoce una razón natural: entre todas las
criaturas vivas comparables al hombre, llamadas animales superio res, el hombre es el que tarda más en desarrollarse y en valerse solo para disponer de sus manos, andar, comer, hablar, etcétera. Por eso necesita más tienmpo el auxilio de sus progenitores. Y éstos acaban por acostumbrarse a esta existencia en común que se llama hogar La mayor tardanza en el desarrollo del niño comparado con el animal no es una inferioridad humana. Es la garantía de una maduración mas
profunda y delicada, de una evolución más completa. Sin ella, el organismo humano
no
alcanzaría
extraordinario afinamiento nervioso que lo pone por encima de todos los animales. La naturaleza, como un ese
artista, ecesita más tiempo para
producir
un
artículo más acabado.
El
hombre, al nacer, es ya parte de una familia. Las familias se agruparo en tribus. Estas, en naciones más o menos es el
organizadas, y tal org pueblos actuales. De modo que la sociedado compañia de semejantes tiene para el hombre el mismo carácter necesario Su de los
existencia personal. No hay persona sin sociedad. No hay personas. Esta compañía entre soceua
los seres de la especie es para ei no
in
un
hecho natural
o
espontáneo.
Pero ya la forma
en que el grupo se se llama el organiza, es Estado, una invenciórn del hombre. Por eso cambia y se transforma a lo largo de la historia: autocracia, aristocracia, democracia,monarquia absoluta, monarquia constitucional, república, socialismo, etcétera. Con la vida en común de la familia comienzan a
lo que
aparecer las
obligaciones recíprocas entre las personas, las relaciones soCiales, los derechos por un lado y, por el otro, los deberes correspondientes Pues, en la vida cada civilizada, por derecho o cosa que podemos
exigir existe
transacción es
El
amor
deber o cosa que debemos dar. Y este camnbio lo que hace posible la asociación de los hombres. un
o
y el apoyo mutuo que unen a los
miembros de la familia son sentimientos espontáneos, sólo perturbados por caso excepcional. En cuanto al respeto, es de aunque especie diferente, lo mismo debe
haberlo de los hijos para ios
familia. El
hogar
los
padres y de los padres para conn así como entre los hermanos los demás miembros de la y
hijos,
con
la primera escuela. Si los padres, que son nuestros meros y nuestros constantes maestros, se portan
nuestros
es
ojos, faltan
a su
deber; pues
pri-
indignamente
a
dan malos ejemplos, antes de educarnos como les corresponde. De modo que el respeto del hijo al padre no cumple con su fin educador cuando no se completa con el respeto del padre al hijo. Lo mismo pasa entre hermanos mayores y menores. La familia es una escuela de mutuo perfeccionamiento. Y el acatamiento que el menor debe al mayor, y sobre todo el que el debe
a Sus
padres,
hijo
no es mero
asunto sentimental
necesidad natural de apoyarse racional de
nos
inspirarse
en
en
quien
quien ya nos
nos
o
místico, sino
ayuda, y una
lleva la delantera.
El amory el apoyo mutuo que unen a los miembros de la familia son sentimientos espontáneos, sólo perturbados por caso excepcional.
una
necesidad
LA
SOCIEDAD
N
uestra existencia no sólo se desenvuelve
dentro del hogar.
Pronto empezamos a
tratar con
amigos de la casa, vecinos, maestros, compañeros de escuela. Ycuando
pasamos de niños a hombres, con jefes, compañeros de trabajo, subordinados, colegas. De modo que nuestra
existencia transcurre en compañía de
30
un grupo de hombres, entre la gente.
CARTILLA MORAL
Esta gente puede estar repartida en muchos lugares
ares, hasta puede dos ellos se Duede
ser que unos grupos no cono~can a los otros. Pero todoc. en nuestra
persona, por el hecho
de
que nosotros
tratarmejuntan juntan
con unos ana conocen a las personas que encuentro en el paseo de a no no de los los n domingos. y otros. Así, las personas con quienes trabajo durante la c
Pero unos y otros son mi compania humana. Hay también quienes sólo encuentro de paso, en la calle, una vez en la
Derco vida nbién
les debo el respeto social. Esta
compañía humana es mi sociedad. MI SOCIedad
no es
parte de la sociedad humana total. Esta sociedad total de todos los hombres. Y aunque todos los en un
sitio, todos
hombres
másque una
es
el conjunto
nunca se
juntan
parecen lo bastante para que pueda hablarse de ellos como un conjunto de miembros semejantes entre síy diferentes de los demás grupos de seres vivos que habitan la se
tierra.
Pues bien: en torno al círculo del respeto familiar, se extiende el círculo del respeto a mi sociedad. Y lo que se dice de mi sociedad, puede decirse del círculo más vasto de la sociedad humana en general. Mi res peto a la sociedad, y el de cada uno de sus miembros para los demas, es lo que hace la
posible
El
convivencia
de los seres
humanos.
problema
de la política es justa y feliz, tanto dentro de lograr que esta convivencia sea lo mas cada entre unas y otras y cada nación como naciones. Las naciones, en su conducta de unds para con las otras, pueden como unas plias que las personas maS
agrupamiento imaginarse humanas, pero que debieran iguales principios de bien gobernarse conTor y de justicia. La
a
a
subsistencia
cada
ser
sociales sables
a
de la sociedad humano y de la
son de
la
es
indispensable a la subsistencia varias categorías, seqún seanen general. LOS re especie humana
más o menos de la violaciones subsistencia in sociedad. contra Se esos se procura, pues, imp las castiga para respetos; y si las que no se violaciones ya han acon repitan. Esto establece, frente aisi
las
Cuando una mano se de sanciones
alarga para pedirme
de violación. Y sólo así se confianza en los respetos, sin la logra la la sociedad sería imposible.
algo, pienso que esa mano puede
un Sistema
de respetos, para en
caso
cual
El primer grado o
social
nos
obliga
categoría del respeto a
la urbanidad y
a
ser, mamana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad
la
cortesia. Nos pide tambien el compañe rismo, la solidaridad con nuestro grupo
yaun el altruismo. Nos aconseja sujetar dentro de nosotros los impulsos hacia la grosería; el evitar los abusos contra los más débiles; el no usar
del tono violento y amenazador sino en ültimo extremo,
el recordar que hay igual o mayor valentia en dominarse a sí mismo que en asustar o agraviar al prójimo; el desconfiar siempre de nuestros movimientos de colera,
dando
tiempo a
que
se remansen las
aguas.
La sanción contra la violación de este respeto se entrega a la opinión pública. Se manifiesta en la desesti-
mación que rodea a la gente grosera, egoista y abusiva. Pero el cortés y urbano recibe una commpensación inmediata y de carácter doble; dentro de sí mismo, cumple la voluntad moral de superación, encaminándose de la
bestia al hombre; fuera de si mismo, acaba por hacerse abrir todas las puertas. La buena
disposición
para con el prójimo es un sentimiento relacionado con los anteriores. Un mexicano, educado en las buenas tradiciones de nuestra cortesia, solia decir siempre:
Cuando una
mano se
alarga
para pedirme algo, pienso puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto". que esa mano
del desierto.